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Cooperation between German Social Democrats and the Portuguese Socialist Party

From the founding of the party on the premises of the Friedrich Ebert Foundation (FES) to its rise to become the leading party in Portugal, the Portuguese Socialist Party (PS) was actively accompanied its comrades in the SPD. The friendship between Mário Soares and Willy Brandt is emblematic of this cooperation.

When Mário Soares first made contact with the SPD in September 1966, no one could have expected that the most important international partner for the democratisation of Portugal had been found. For, at first, the liaison between German social democracy and the socialist opposition in the Estado Novo did not appear to be very promising. Willy Brandt – who had been in government as Vice-Chancellor and Foreign Minister since 1966 – did not consider it feasible to change the course of the bilateral relations with the “New State”, despite the knowledge of a burgeoning socialist opposition inside Portugal. Instead, the SPD relied on backchannel diplomacy. While pursuit of the official foreign policy course continued until the fall of the Estado Novo, the party-affiliated FES was to establish contact with the group around Soares in order to support the Portuguese comrades of Socialist Action (ASP). A case in point was the re-founding of the newspaper República in 1970. The evident culmination of this approach was the founding of the Socialist Party (PS) on 19th April 1973 at a closed meeting in Bad Münstereifel near Bonn.

The Carnation Revolution ushered in the most intensive phase of cooperation between the SPD and the PS. The partnership can be divided into two main lines. Firstly, the evident structural weaknesses of the PS in Portugal had to be remedied. To this end, the FES provided direct financial support for the development of its political infrastructure and the establishment of party offices. The FES also transferred important know-how to the political cadre of the PS and thus contributed to sharpening the party’s political profile, which was to be formulated in demarcation to the Communist Party (PCP). Secondly, the SPD party leadership – first and foremost Willy Brandt – demonstrated solidarity with its Portuguese comrades. Through official visits to Portugal and the chairmanship of the “Committee for Friendship and Solidarity with Democracy and Socialism in Portugal”, Brandt signalled the strong support that the Portuguese Socialists enjoyed from their European sister parties.

The April elections of 1975 and 1976 saw the PS emerge as the strongest party in Portugal on both occasions with over 30% of the vote. In the light of this electoral success and the gradual democratic consolidation in Portugal, the SPD and FES continued their joint efforts. Their initial aim was to end the PCP’s monopoly over the trade unions. For this purpose, a think-tank was set up in 1977, the José Fontana Foundation, which was generously subsidised by the German Federal Ministry for Economic Cooperation and Development (BMZ) via the FES. In 1979, the PS finally gained hegemony over the trade unions in a close alliance with the Social Democratic Party (PSD). The BMZ also provided start-up funding of 2 million DM – naturally through the mediation of the FES – for the PS’s most important municipal policy project, the Centre for Municipal Studies and Regional Action (CEMAR). In a centrally governed country like Portugal, political infrastructures had to be built up, especially in the isolated rural periphery.

Cooperaciones entre socialdemócratas alemanes y socialistas españoles

El SPD de Alemania (SPD) desempeñó un papel decisivo ayudando a los socialistas españoles del PSOE, debilitados por 40 años de dictadura franquista, a convertirse dentro de pocos años en un partido de gobierno fiable.

Con un "Adiós, amigo Willy" se despidió el presidente del gobierno español, Felipe González, del ex canciller alemán, que también había desempeñado el papel de presidente de la Internacional Socialista (IS) desde 1976 hasta su muerte, en el acto funerario por el fallecimiento de Willy Brandt en 1992. En efecto, los socialistas españoles debían mucho a sus amigos del SPD alemán. La derrota en la guerra civil había expulsado la izquierda al exilio. El partido obrero más antiguo de España, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado en 1879, fue entonces dirigido desde Toulouse por el Secretario General Rodolfo Llopis tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Tras la fundación de la República Federal de Alemania, el SPD adoptó inicialmente una postura radicalmente antifranquista y apoyaba al PSOE en el exilio. La política de los socialdemócratas alemanes hacia España cambió en el transcurso de los años sesenta. Tras un viaje a España de Fritz Erler en abril de 1965, el SPD se acercó a la resistencia interna española, encarnada sobre todo por el profesor universitario suspendido Enrique Tierno Galván y su Partido Socialista del Interior (PSI), fundado en 1968.

Sin embargo, tras un cambio generacional en el congreso del PSOE celebrado en 1974 en Suresnes (Francia), que eligió como nuevo secretario general al joven abogado Felipe González, de mentalidad reformista, el SPD volvió a apoyar al recauchutado PSOE. Tras la muerte de Franco, éste se convertiría en una fuerte contraoferta a la Unión de Centro Democrático (UCD) del presidente de gobierno Adolfo Suárez, que había ganado las primeras elecciones libres en diciembre de 1977. La estrecha amistad entre Felipe González y Willy Brandt, que de joven había participado en la Guerra Civil española como corresponsal de guerra, fortaleció al PSOE. La cooperación entre el SPD y el PSOE en forma de programas de enseñanza y apoyo financiero permitió construir estructuras de partido a nivel local y estatal. El centro de coordinación más importante fue la oficina de Madrid de la Fundación Friedrich Ebert (FES), inaugurada en 1976 bajo la dirección de Dieter Koniecki. Tras los decepcionantes resultados de los socialistas en las elecciones de 1979, el PSOE obtuvo la mayoría absoluta tres años después.

El año 1982 marcó un cambio en el equilibrio de poder del socialismo hispano-alemán. Mientras los socialistas triunfaban en España y Felipe González era elegido presidente del gobierno, en Alemania se quebró la coalición social-liberal del canciller Helmut Schmidt. La relación amistosa entre González y su nuevo homólogo alemán, Helmut Kohl, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), debilitó la posición del SPD en España. Cuando en 1984 surgieron sospechas de que la FES había canalizado fondos de la corporación Flick hacia el gobierno del PSOE en España para favores políticos, éste se vio obligado a distanciarse del SPD. No obstante, los socialistas españoles siguieron con gran atención la labor de oposición de los camaradas alemanes – por ejemplo, el borrador de Irsee para la elaboración de un nuevo programa básico del SPD en 1986. Tras la reunificación alemana, los socialistas españoles se mantuvieron fieles a su línea moderada, que había sido moldeada por el SPD. Así el PSOE rechazó cualquier avance de los sucesores del partido comunista estatal de Alemania Oriental, el Partido del Socialismo Democrático (PDS).