matomo

Erinnerungsliteratur in Portugal

José Saramago, António Lobo Antunes und Lídia Jorge zählen zu den entscheidenden Gestalten der literarischen Aufarbeitung der problematischen Vergangenheit in Portugal. Noch bevor die Archive der Diktatur und der Kolonialkriege geöffnet werden konnten, riefen sie die vergangenen Gräuel in das Bewusstsein der Bevölkerung.

José Saramago, 1922 in armen Verhältnissen im Dorf Azinhaga im Ribatejo geboren, zeitlebens überzeugter Kommunist, sollte bisher als einziger Portugiese 1998 den Nobelpreis für Literatur erhalten. Sein Leben in Opposition zum Estado Novo und der katholischen Kirche bestimmten sein literarisches Œuvre in besonderem Maße. Als Überzeugungstäter beließ es Saramago in seinen Romanen nicht bei der bloßen Erinnerung an die portugiesische Diktatur, vielmehr wird das Frühwerk vom militanten Aktivismus seines Machers getrieben. In Levantado do Chão (1980) beschreibt er im Modus der „Geschichte von unten“ das generationenüberspannende Elend der alentejanischen Landbevölkerung, die am Ende des Werks in der Nelkenrevolution gegen ihre Herren aufbegehrt. In O Ano da Morte de Ricardo Reis (1984) geißelt Saramago die Passivität des pessoanischen Heteronyms Ricardo Reis während der Faschisierung Europas zur Mitte der 1930er Jahre. Den Höhepunkt erreicht Saramagos historiographische Metafiktion im Roman Memorial do Convento (1982), in welchem der Autor historische Parallelen zwischen der Gründung des Nationalpalasts von Mafra durch João V. und der Inauguration des Estado Novo durch Salazar zieht. Das zweifellose Verdienst dieses streitbaren Intellektuellen war es, die häufig vernachlässigte portugiesische Diktatur in das Bewusstsein einer internationalen Öffentlichkeit lanciert zu haben.

António Lobo Antunes, das „schreibende Gewissen einer gezeichneten Nation“ (Kilanowski), ist mit seinem auf inzwischen über dreißig Romanen angewachsenen Œuvre der Schriftsteller, der die Aufarbeitung problematischer Aspekte der portugiesischen Vergangenheit am intensivsten betrieben hat. Obwohl er 1942 in eine aristokratische und somit im Estado Novo privilegierte Familie in Lissabon hineingeboren wurde, musste Lobo Antunes ab 1971 als Sanitätsoffizier im Kolonialkrieg in Angola dienen. In seiner autobiographischen Debüttrilogie – Mémoria de Elefante (1979), Os Cus de Judas (1979), Conhecimento do Inferno (1980) – arbeitet Lobo Antunes die Traumata des Kolonialkriegs in abschreckenden Details auf. Es folgten zahlreiche Romane über die Pathologien der Salazar-Diktatur wie bspw. im Manual dos Inquisidores (1996). Als postmoderner Dekonstruktivist legte er in As Naus (1988) die Axt an das große Narrativ der portugiesischen Entdeckernation und konterkarierte im Roman Fado Alexandrino (1983) das Erfolgsnarrativ der Nelkenrevolution.

Lídia Jorge zählt zu den wichtigsten Autorinnen der literarischen Aufarbeitung der kolonialen Vergangenheit sowie der Nelkenrevolution im zeitgenössischen Portugal. 1946 in Boliqueime, Algarve, geboren, gehört sie wie António Lobo Antunes zur 1940er Generation. Beide haben sowohl die Kolonialkriege als auch die Nelkenrevolution intensiv miterlebt. Als Offiziersgattin war Lídia Jorge gleich zwei Mal am Kriegsschauplatz: Zunächst in Angola (1968-1970) und später in Mosambik (1972-1974). Die Aufarbeitung der Erfahrungen in Mosambik legte sie beeindruckend im Roman A Costa dos Murmúrios (1988) dar, in welchem sich die Gräuel der portugiesischen Kriegspartei nahezu in ein genozidales Ausmaß steigern. Die Romane O Dia dos Prodígios (1980) und Os Memoráveis (2014) thematisieren beide die Nelkenrevolution, reflektieren sie jedoch auf ganz unterschiedliche Weise. Im ersten Roman wird die Nelkenrevolution aus der Perspektive eines kleinen Dorfes in der portugiesischen Peripherie erzählt. Im Letzteren kehrt eine portugiesische Reporterin aus Washington 2004 in ihr Heimatland zurück, um die Nelkenrevolution anhand von Zeitzeugeninterviews retroperspektivisch aufzuarbeiten und zu würdigen.

Literatura de memoria en España

El tratamiento literario del pasado reciente de España se caracteriza sobre todo por una fascinación ininterrumpida por la guerra civil. Los ideales, los conflictos y las víctimas de estos tres años extremos y llenos de pérdidas constituyen el núcleo de las reflexiones narrativas.

Combatiente de la Resistencia francesa. Superviviente del campo de concentración de Buchenwald. Miembro del comité central del Partido Comunista de España. Representante del eurocomunismo moderado que provocó su expulsión del partido en 1964. Ministro de cultura independiente en el gabinete PSOE del presidente del gobierno Felipe González. Casi nadie vivió tan de cerca la era de los extremos como Jorge Semprún, nacido en Madrid en 1923. A partir de su agitada vida, el intelectual produjo una rica obra literaria. Las más conocidas son los relatos de sus experiencias del campo de concentración, Le grand voyage (1963) y Quel beau dimanche (1980), llenos de una trágica poética. Con su Autobiografía de Federico Sánchez (1977) y las obras posteriores Federico Sánchez vous salue bien (1993), Le mort qu'il faut (2001) y Veinte años y un día (2003), abordó las pérdidas traumáticas de la guerra civil y el precio de la Transición bajo su antiguo seudónimo. En 2003, intervino por la conmemoración del Día en Recuerdo de las Víctimas del Nacionalsocialismo en el Bundestag alemán.

Si Semprún perteneció a la generación de los que vivieron en primera persona la guerra civil y la dictadura franquista, Javier Cercas (*1962) fue probablemente uno de los más destacados exponentes literarios de la generación nacida después. Ambos padres se habían puesto del lado de los nacionalistas franquistas en la guerra civil: un hecho que perseguiría a Cercas. El doctor en filología saltó a la fama con su novela Soldados de Salamina (2001), en la cual su protagonista investiga sobre el fundador del partido fascista Falange, Rafael Sánchez Mazas, arrojando luz sobre las zonas grises morales de la última fase de la guerra civil y los ideales de aquella generación perdida. Soldados de Salamina, que vendió un millón de ejemplares, es una novela de no ficción que mezcla entrevistas con anotaciones de diarios y exégesis de fuentes con reflexiones sobre la fiabilidad de los recuerdos. Cercas se mantuvo fiel a este hiperrealismo en Anatomía de un instante (2009) y El monarca de las sombras (2017), en las que analiza el golpe de 1981 y su propia historia familiar, respectivamente.

No obstante, la autora contemporánea más importante de la perspectiva de las víctimas es Almudena Grandes (*1960), fallecida en 2021, que dedicó su ciclo de novelas en seis partes, Episodios de una guerra interminable a la resistencia antifranquista. Sus protagonistas, a menudo mujeres, se entregan a una lucha que dura años y suele acabar en pérdida, tortura y muerte. Hechos reales sirven de base a lo largo de toda la obra – por ejemplo, la invasión del valle de Arán en 1944 por guerrilleros previamente exiliados en Francia en Inés y la alegría (2010), la red española de huida de nazis alemanes a Argentina en Los pacientes del doctor García (2017) y el martirio de la feminista Aurora Rodríguez Carballeira en la España franquista de los años 50 en La madre de Frankenstein (2020). Al igual que Cercas, Grandes fue autor habitual de una columna en El País. Además, el acérrimo republicano militó durante un tiempo en Izquierda Unida. La última novela de sus Episodios de una guerra interminable sobre los escondidos en la guerra civil (topos), Mariano en el Bidasoa, quedó incompleta.